Los pensamientos son la mejor interfaz de usuario para la búsqueda

Elizabeth Laraki posteó en X, aka Twitter, lo siguiente... [en el marco de las nuevas posibilidades de interacción que proporciona ChatGPT; audio, imágenes y texto]. Cito textual:

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"And yet ChatGPT, Bard, Claude etc. all chose a text-based input box — just like Google’s search box — as the core interface[...] Right now, designers have the chance to create truly novel interactions and bust through the 20+ year old search UI paradigm"

Cerró su post con; "What are the craziest, coolest, most creative UI ideas we can unleash?"

A partir de lo anterior, y en un arranque de creatividad, mi respuesta ante la pregunta de su tweet fue:

Desde esa fecha, he estado dándole vueltas a mi respuesta. No necesariamente, porque sea algo genial, más bien por la sorpresa de la simpleza del insight.

Es cierto y estoy de acuerdo con lo que pensé en ese momento: los pensamientos son la mejor interfaz de usuario (UI) para la búsqueda.

La curiosidad y la inquietud, como habilitantes de la innovación, la creatividad y la transformación, tanto personal como profesional, se manifiestan con mayor honestidad y ancho de banda en los pensamientos. Al momento de escribirlos, verbalizarlos o dibujarlos, ocurre un proceso de compresión y se pierde información.

Entonces, y dado los avances en la neurociencia, ¿será que podremos ser testigos de lo anterior? ¿Podremos ver como nuestros pensamientos se transforman en búsquedas?

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Respecto a tu pregunta, si pudiera hipotetizar al respecto, creo que se podrá en algún momento, pero no en un futuro cercano. Creo que la tecnología avanza muy rápido, y que algún día se podrán superar los obstáculos que hoy existen para lograr una conexión directa entre el cerebro y el internet. Sin embargo, también creo que hay muchos aspectos éticos, sociales y humanos que se deben considerar antes de hacerlo realidad. Creo que no basta con tener la capacidad técnica, sino también la responsabilidad moral y la voluntad colectiva de usarla para el bien común.

Tal vez, utilizando Neuralink, el simple acto de pensar en algo gatillará un proceso de búsqueda automática que complementará aquello que pensamos. No obstante, este chip deberá discernir la verdadera intención de concreción de dicho pensamiento.

Ese proceso de filtrado será esencial para que la experiencia de usuario no se transforme en la escena de Bruce Almighty, en la que los rezos de las personas eran solo ruido para "Él".

Desde la perspectiva del Budismo Zen, los pensamientos son como nubes ☁️. Uno los ve pasar y solo en algunos se detiene, los mira y observa, y luego los deja ir.

Siendo la atención un bien escaso en los nuevos tiempos, una conexión pensamiento-internet tendría una componente, a lo menos, caótica sin una adecuada curatoría.

De ahí la popularidad de los newsletters (este por ejemplo), Mailbrew y tantas otras donde otros "filtran" la información y la dijeren por uno. Algunos piensan y desarrollan ideas geniales y trascendentales, mientras otros tan solo divagamos 😂.

En resumen, interesante sería el diseño de una interfaz pensamiento-internet que permitiera transformar al pensamiento en el gatillador de una búsqueda en Google, Bing o donde sea.

Desde esta premisa, me surge una pregunta; si asumimos que vivimos en una simulación, ¿sería esta una manera de conectarnos con el todo?

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Si se entiende como la totalidad de la realidad, entonces la simulación sería una forma de conectarnos con una parte de ella, pero no con la totalidad. Si se entiende como la fuente o el creador de la simulación, entonces la conexión sería más indirecta y misteriosa, ya que no sabríamos quién o qué es, ni cuáles son sus motivos o intenciones. Si se entiende como una dimensión espiritual o trascendente, entonces la simulación podría ser un obstáculo o una ilusión que nos impide acceder a ella, o bien un medio o una oportunidad para alcanzarla.

TL;DR

Mi conversación con Bing Chat (copilot), en modo creativo, continuó de la siguiente manera:

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¿Cuáles son los obstáculos técnicos que deben superarse para lograr una conexión directa entre el cerebro y el internet?
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1. Diseñar un sistema de implantes cerebrales que sea seguro, eficiente y confiable, que no cause daños al tejido cerebral ni rechazo inmunológico // 2. Desarrollar un método de codificación y decodificación de las señales neuronales, que permita interpretar los pensamientos y traducirlos en comandos para la computadora // 3. Establecer una conexión inalámbrica y estable entre el cerebro y el internet, que no se vea afectada por interferencias, ruidos o pérdidas de datos
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Desde la perspectiva de los implantes, ¿podrían los nanobots, codificados en la particular genética de cada persona, disminuir los rechazos inmunológicos?
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Los nanobots son dispositivos microscópicos que pueden realizar diversas funciones dentro del cuerpo humano, como diagnosticar, tratar o prevenir enfermedades. Algunos nanobots podrían ser diseñados para interactuar con el sistema inmunológico, buscando y combatiendo virus y bacterias, o para evitar la resistencia bacteriana a los antibióticos. Sin embargo, también existe el riesgo de que los nanobots sean reconocidos como cuerpos extraños por el sistema inmunológico, y que este los ataque o los elimine, reduciendo su efectividad o causando efectos adversos.
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Una posible solución a este problema sería codificar los nanobots en la particular genética de cada persona, es decir, adaptarlos al perfil genético y molecular de cada individuo, para que el sistema inmunológico no los rechace. Esto se podría lograr mediante la ingeniería genética, que es la manipulación de los genes de un organismo para modificar sus características. De esta forma, los nanobots podrían ser más compatibles con el organismo receptor, y disminuir los rechazos inmunológicos. Sin embargo, esta tecnología todavía está en una fase muy experimental, y hay muchos desafíos técnicos, éticos y sociales que se deben resolver antes de que se pueda aplicar en humanos.
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Por lo tanto, la respuesta a tu pregunta es que los nanobots codificados en la particular genética de cada persona podrían disminuir los rechazos inmunológicos, pero todavía no se ha demostrado su seguridad y eficacia en la práctica. Es un tema que requiere más investigación y desarrollo, y que plantea muchas preguntas sobre el futuro de la medicina y la nanotecnología.