Leer la mesa

Todos, de alguna u otra manera, tenemos una agenda. Básicamente, es aquello que queremos hacer o conseguir. Lo esperable, es que esa agenda sea consistente y alineada con los objetivos, el rumbo, la cultura y la estrategia de la organización a la que perteneces.

Leer la mesa
Dibujo realizado en Procreate. Autor: Tomás Gauthier | Nombre: Evolución

Todos, de alguna u otra manera, tenemos una agenda. Básicamente, es aquello que queremos hacer o conseguir. Lo esperable, es que esa agenda sea consistente y alineada con los objetivos, el rumbo, la cultura y la estrategia de la organización a la que perteneces. No obstante, tarde o temprano aparecen las distorsiones.

Disclaimer: salvo que se explicite, este artículo es original y no fue escrito por, o con, una inteligencia artificial.

Hace algunos años atrás, cuando aún estaba en la búsqueda de una identidad laboral (sigo en eso, pero más claro), una coach me dijo que "[era] es necesario crear un personaje para el trabajo".

Lamentablemente, para mi, en esa época no entendí muy bien a que se refería. Había algo que si estaba claro, no me hizo ningún sentido.

Leer la mesa implica lo anterior. Entender cual es el personaje que cada uno de los participantes de una reunión, sobre todo en cargos de alta dirección, está siendo. Esto sigue sin hacerme sentido. No obstante, creo que puedo reinterpretar aquello que me dijo la coach.

Ideas fuerza del texto en general (ChatGPT 4)

  1. La creación de "personajes" en el entorno laboral puede distorsionar la toma de decisiones en las organizaciones.
  2. La competencia y la lucha por el poder no son conductas saludables en un entorno de trabajo; se debe fomentar la cooperación y la autenticidad.
  3. La verdadera esencia de un miembro de una organización reside en su individualidad y coherencia.
  4. En lugar de fomentar la disonancia y la inseguridad en las reuniones de trabajo, se debería buscar la resonancia y la comodidad emocional.
  5. "Leer la mesa" desde lo proyectado puede ser una herramienta efectiva para mejorar la comunicación y la comprensión en el lugar de trabajo.

Existe lo que se llama la agenda personal u oculta.

Todos, de alguna u otra manera, tenemos una agenda. Básicamente, es aquello que queremos hacer o conseguir. Lo esperable, es que esa agenda sea consistente y alineada con los objetivos, el rumbo, la cultura y la estrategia de la organización a la que perteneces.

Como lo ideal no existe y la realidad siempre se impone, la agenda de los personajes de una mesa, generalmente, tiene matices. El ego aparece. Se manifiesta a través de la soberbia, el levante de la voz, el cargo sobre la mesa, etc. Al final, esto es una competencia. Así funcionan ciertas organizaciones.

En distintas instancias de mi carrera, me han dicho "tienes que mostrarte", "empoderarte". En algunos casos, "debes pegar ciertos codazos". Siempre acompañado de un gesto de “hombre musculoso”, intentando ganar “peso específico” en las mesas “rudas”, haciendo mención a mi postura, tono de voz. Es decir, más importante es el cómo se ve, que lo que se está haciendo y siendo.

A mi entender, son todas estas y muchas otras más, las razones por las cuales las empresas son conducidas desde el poder, la competencia y no desde la cooperación.

¿Quién está detrás del personaje?

Es desde del lugar y contexto descrito anteriormente, que sostengo que la "agenda oculta", los intereses del "personaje" se confunden y mezclan con la persona.

¿Cómo es eso? Es imposible separar al personaje de la persona. Un actor no actúa intentando sustraer su experiencia vital, todo lo contrario. Es a través de su experiencia personal que emerge el personaje.

Lo que quiero decir, es que el personaje en la mesa no esta escindido o se ha creado desde un lugar neutro, sino que contiene toda la personalidad del creador. Por lo tanto, la agenda oculta no es más que la persona apareciendo. Sus valores, visión del mundo, sus conflictos, su niño interior, etc.

Las organizaciones son un grupo de personas y medios organizados con un fin determinado. Es una definición insuficiente, pero se refiere a la condición de personas de los integrantes.

Con esto no quiero decir que todo está permitido. La represión es un mecanismo de socialización esencial. La ecualización del discurso, además del actuar y el manejo de las emociones, son vitales para concretar objetivos y generar cambios. Lo anterior no implica, necesariamente, la creación de un "personaje".

La individualidad de la persona, sus cualidades, conocimientos, su historia, son en sí mismo, El personaje. La creación o ideación de un ser ficticio, no aseguran el éxito en La Mesa. Por el contrario, la integridad de la persona y su coherencia, son la manifestación esencial de la legitimidad de un integrante de una organización.

La creación de distintos personajes, solo distorsiona la toma de decisiones. Porque fortalece la desconfianza. Las organizaciones se mantienen estáticas o estancan cuando los roles, esa entelequia de la jerarquía, ese personaje o actuación, limitan la autenticidad y unicidad de la persona.

Una nueva interpretación de La Mesa.

La Mesa - Interpretación personal

Como les decía en un párrafo anterior, el personaje (círculo rojo) se manifiesta desde la persona (círculo azul). Contiene todo lo que es la persona, más la máscara del personaje.

No obstante, habemos algunos que consideramos que, en La Mesa, la máscara es innecesaria y la persona es quien tiene que aparecer. En este territorio de conversación, discusión y toma de decisiones, las personas, frente a los personajes, y viceversa, se entrelazan a través de la disonancia.

Ambos, desconfían del otro. Desde lo evidente y sin ser conscientes de que su interacción está ocurriendo desde estados divergentes.
Cómo van a leerse, si están hablando distintos idiomas.

La construcción de rutas de entendimiento, solo es posible, desde las conversaciones. Dichos espacios vitales son virtuosos, siempre y cuando, los participantes hablen el mismo idioma. Y no lo digo yo, sino que Humberto Maturana.

El personaje tiene un guion. A diferencia de la persona, que actúa desde la espontaneidad. No hay guion, tan solo la necesaria represión. Tal vez, se llevan mal. Son parecidos o tienen los mismo miedos. Pero difícilmente podrán entenderse si es que conversan desde el no saber distinguir sus diferencias.

💡
Algo que me faltó agregar: esta disonancia también está dentro de cada uno. Tod@s los participantes de esa instancia tienen un diálogo interno. Dicho diálogo se media entre lo que es esperado que diga o haga, versus lo que quiere y espera hacer la persona.

"Separarse de la especie por algo superior, no es soberbia, es amor". Tal y como dijo Cerati, separarse de la máscara se parece mucho al amor.

La mesa es invadida.

La disonancia (las líneas de color verde), invaden la dinámica. Cada uno de los participantes comienza a chequear su coherencia. Se sienten inseguros, por lo tanto, manifiestan de diversas maneras dicha sensación. Algunos, sonríen. Otros, se restan de la conversación, pareciendo incómodos y "poco empoderados". Se interrumpen los unos a los otros.

Los adyacentes empiezan sus conversaciones privadas. Existe un murmullo que cada vez se hace más fuerte. Aquel, que ostenta el cargo de mayor grado, exige silencio para reiniciar la dinámica. No obstante, el también está incómodo.

Cada uno de los personajes empieza a desarmarse y todas las personas aparecen. Sus niñ@s interiores se sientan a La Mesa y sus conductas aprendidas, dan curso a una conversación infértil. Las decisiones quedan postergadas por falta de acuerdo y el destino estratégico, de aquella materia a tratar, queda completamente relegado. Porque el objetivo de la reunión ya no es el consenso, más bien la defensa y protección de la supervivencia del personaje; porque tod@s tienen la idea de que, si la persona es descubierta, y el personaje desaparece, ya no serán parte.

Finalmente, eso es lo que todos queremos. Ser parte. Pertenecer al grupo.

La alta dirección de las organizaciones es un espacio muy solitario. Como la práctica del personaje está validado, en última instancia y, con mucho pesar, nadie se conoce, reconoce o muestra tal cual es.

La soledad es una instancia compartida por todos, pero en La Mesa, es una debilidad silente. Todos se sienten solos, pero de eso no se habla (al igual que de Bruno).


💥
La política organizacional es una instancia intuitiva. Donde lo evidente, queda relegado al encubrimiento. Sería tanto más fácil vincularse de manera auténtica, pero hasta el momento es algo poco común.
🥴
En las organización, en mi experiencia, se habita una angustiosa distancia. Esa distancia que impide a "los de arriba", entender a "los de abajo". Como si eso realmente existiera.
👉
La jerarquía, en si misma, no es mala. Pero, hoy en día, la responsabilidad individual es un protector en las conversaciones en La Mesa.

¿Cómo se debiese leer La Mesa?

La Mesa debiese leerse desde lo proyectado. Es decir, aquello que me pasa cuando ese otro habla. La atención, a esa respuesta visceral, es clave para no reaccionar ante las emociones y acciones de los integrantes.

La Mesa y sus participantes, son espejos los unos de los otros. Entonces, si percibes que uno de los personajes se siente incómodo, haz sentir a su persona cómoda. No te centres en aquello que está diciendo, más bien escucha tu discurso interno.

Al escuchar tu discurso interno (círculos concéntricos naranjos) se abre el espacio a la resonancia (líneas moradas). Es decir, sincronizar, los sentires y emociones de los participantes, pudiendo sintonizar con la experiencia presente de las personas en La Mesa.

Como todo personaje (círculo rojo) tiene una persona enlazada (círculo azul), los conflictos de La Mesa, ocurren entre personaje-personaje o personaje-persona, puesto que la conexión emocional genuina solo se da entre las personas.

Resumen en primera persona - ChatGPT 4

Reflexiono sobre la creación de "personajes" en el entorno laboral y cómo pueden distorsionar la toma de decisiones en organizaciones. En lugar de alimentar la competencia y el poder, promuevo un enfoque basado en cooperación, autenticidad y unicidad. Aunque es complejo separar al personaje de la persona, considero que la esencia verdadera de un miembro de una organización reside en su individualidad y coherencia. En este sentido, insto a buscar la resonancia emocional en lugar de disonancia, y a "leer la mesa" a través de la proyección personal.